Pasadas las Navidades, San Esteban, fin de año y los Reyes, debemos afrontar la realidad: se han acabado las fiestas. Si nos lees desde tu escritorio en la oficina ya lo sabes bien. Y aunque probablemente hayas acabado un poco harto de turrón, polvorones y familia (solo un poco), es muy probable que hayas agradecido esta pausa festiva y que la vuelta a la rutina te haya sentado como un vaso de agua fría.
Pablo tiene cinco años y acaba de salir del quirófano. Todavía dormido, es el centro de atención en su habitación. A su lado, su madre no deja de mirarle y le acaricia con preocupación. Reina un silencio que sólo rompen, de forma intermitente, los pasos de su padre. Cabizbajo, recorre una y otra vez los escasos metros que van de la puerta a la ventana de la habitación. Sus expresiones se animan cuando el pequeño empieza a moverse y abrir los ojos tímidamente. El silencio desaparece en su llanto. La operación ha sido dura, él ha sido muy valiente, pero, como él, la herida que queda de la apendicitis también despierta.
En el año 1780 un trapo de lino con sal era la herramienta para mantener una buena higiene dental. A William Addis, sin embargo, no le entusiasmó la idea de lavarse los dientes con este instrumento cuando, por disturbios callejeros, lo encerraron en la cárcel de Newgate, Londres (Reino Unido). Read More →
El hecho de ser hospitalizado es algo que a todos nos produce ansiedad y estrés, ¿o no? Pues ahora imaginároslo desde el punto de vista de un pequeño paciente, o poneos en la piel de sus padres: más difícil todavía para el equipo médico encontrar las palabras o la forma de lograr una comunicación efectiva.